Parapente en Sopó: adrenalina, paisajes y buena comida en un solo plan

A tan solo 30 minutos de Bogotá por la Autopista Norte o 50 minutos por la vía La Calera, se encuentra Sopó, un municipio encantador de Cundinamarca que esconde aventuras extremas, paisajes inolvidables y una gastronomía que deja huella. Te contamos nuestra experiencia en esta joya cercana a la ciudad, ideal para una escapada cargada de adrenalina y buenos momentos.

Un inicio tradicional con sabor a hogar ☕

Nuestra primera parada fue en la plaza central de Sopó, un lugar que conserva la arquitectura colonial y donde la tranquilidad se respira en cada rincón. Decidimos empezar con un desayuno en el Salón de Onces Abuelita, donde probamos un delicioso tinto con almojábana. Perfecto para calentar motores antes de lo que sería un día de emociones intensas.

Parapente sobre el embalse de Tominé 🪂

Desde la plaza, nos dirigimos al punto de encuentro con el piloto de parapente, una actividad que habíamos reservado con anticipación a través de Dplan. Como consejo, llega temprano, ya que el clima es un factor determinante para volar. La subida al voladero fue corta pero inclinada, lo que nos dejó sin aliento (y no solo por el ejercicio, sino por la vista impresionante del embalse de Tominé).

Tras realizar el registro y firmar el consentimiento, esperamos nuestro turno. Cuando finalmente despegamos, la sensación fue indescriptible: libertad total, aire puro y un paisaje que parece sacado de una postal. Fueron 20 minutos de vuelo que quedó grabado en nuestra memoria y también en fotos y videos que nos tomaron durante la experiencia.

Almuerzo con sabor argentino 🍔

Después de tanta adrenalina, el hambre se hizo presente. Volvimos al pueblo y encontramos Flanagans, un sitio reconocido por sus hamburguesas artesanales. Optamos por la hamburguesa argentina, que llevaba carne, chorizo argentino, queso, salsa de vino tinto o chimichurri. Acompañada de papas fritas y bebida, la cuenta no superó los 70 mil pesos por dos personas. Una joya escondida para los amantes de la buena comida.

Dulce final y compras inesperadas 🍦🛍️

Con el estómago satisfecho, necesitábamos un postre. La opción obvia era la famosa Cabaña Alpina, pero no habíamos reservado y la fila era interminable. Lección aprendida: reserva con anticipación. En su lugar, decidimos dar una vuelta por el Parque Arauco, donde encontramos outlets de marcas reconocidas y terminamos haciendo algunas compras inesperadas.

Un día para repetir 💙

Con el corazón contento y la energía renovada, regresamos a Bogotá pasadas las 6 de la tarde. Sopó nos demostró que no hace falta ir muy lejos para vivir un día inolvidable. Si buscas una combinación perfecta de aventura, buena comida y naturaleza, este destino es para ti.

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